Restaurantes con buena luz

Iluminar restaurantes significa tener en cuenta muchas variables. Más allá de aportar una buena luz, la iluminación debe delimitar el espacio de cada mesa, marcar el área donde se sucederán las conversaciones, el disfrute gastronómico. Además, el diseño de la lámpara no debe interferir entre los comensales, debe ser funcional sin molestar.

La portátil FollowMe permite poder mover la luz de lugar en el restaurante Oleoteca Ses Escoles de Mallorca. Y en el restaurante la Maruca de Madrid, la presencia ligera de la lámpara Milana acompaña sin deslumbrar.

Inspirada en los fanales de los barcos de pesca, el diseño de la Santorini nos transmite la esencia marinera del restaurante La Voladora de Santander. Un diseño pensado para el exterior que a menudo encaja en proyectos de interiorismo; sus colores enriquecen la atmósfera y aportan modernidad al espacio.

El diseño esencial de la Ginger emite luz directa por reflexión creando un efecto sutil. En el restaurante Adobo de Barcelona es su versión portátil la que permite iluminar con total libertad el espacio, de manera autónoma, sin cables y con la posibilidad de decidir entre tres niveles de intensidad de luz.