Retratar la luz en su forma más sencilla fue la visión que Clemente Vergara -un fotógrafo barcelonés especializado en arquitectura y viajes- quiso transmitir con la lámpara portátil Bicoca, enseñando la calidez de su luz en entornos arquitectónicos de Arata Isozaki con formas geométricas simples. 

«Mi idea era captar la última luz cálida del día, colocando la lámpara en la frontera entre esa luz cálida natural y la luz artificial de la lámpara, pero consiguiendo equiparar ambas luces, que se ven de la misma tonalidad».

Con el objetivo de utilizar diferentes perspectivas, creó una interacción entre los colores del espacio, la luz natural y los colores de la lámpara, creando múltiples ambientes.