Teatro El Molino

Teatro El Molino


El Molino: color, diseño y espectáculo. 

No se trata solo de asistir a un espectáculo, sino de sumergirse en una experiencia sensorial completa. Esta es la premisa de la que han partido las diseñadoras Sandra Soler y Caterina Masferrer para llevar a cabo el proyecto de renovación del histórico El Molino de Barcelona. 

 

Inaugurado en 1898 y conocido por su historia vinculada al cabaret y la música en vivo, este teatro ha sido siempre un símbolo de la cultura y la identidad de la ciudad. Con el rediseño del espacio se ha buscado preservar la esencia original a la vez que se han incorporado elementos que aportan frescura y actualidad.

Uno de esos elementos es la icónica lámpara Dipping Light de Jordi Canudas, que se puede encontrar en el anfiteatro y la platea. Está luminaria aporta una dimensión poética y artesanal al espacio gracias a su proceso de fabricación manual y su estética basada en la superposición de capas de color. 

 

Y es que el color es el gran protagonista del proyecto. El rojo, color representativo de El Molino, no sólo simboliza pasión y energía, sino que también es un homenaje al ritmo intenso y la vibración de los clubs de jazz. 

"La colaboración con Marset, marca local con fuerte identidad y compromiso con el diseño contemporáneo, refleja una afinidad cultural y estética que ha sido clave para lograr este equilibrio entre pasado y presente."

 

"El proyecto es un recordatorio de que el interiorismo tiene el poder de contar historias, preservar memorias y, al mismo tiempo, proyectar una visión hacia el futuro."

 

"Hemos tratado la luz como un elemento escénico y emocional. Utilizamos focos puntuales para acentuar detalles arquitectónicos y crear zonas de contraste, equilibrada con las lámparas Dipping Light de Marset, que introducen una luz más suave, cálida y envolvente. Su diseño refuerza la atmósfera íntima y teatral del lugar, fusionando lo funcional con lo poético."

 

Jordi Calero, del estudio de iluminación ca2L, responsable de esta parte del proyecto, añade: «En El Molino, la luz no es sólo un recurso técnico, es la identidad. Queríamos que la luz actuara como una especie de prólogo visual, desempeñando un papel escénico. Sobre todo en un lugar con tanto peso teatral y simbólico como El Molino».

 

«La Dipping Light es una lámpara que no sólo ilumina, sino que acompaña. La gradación del color, el efecto de sus capas de pintura en el cristal, la forma en que proyecta la luz... Todo ello nos pareció perfecto para crear una atmósfera envolvente, cálida y elegante».

 

Os esperamos en el nuevo Molino, un homenaje a la historia con una perspectiva fresca que celebra la creatividad, la feminidad y la pasión por el diseño. 

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